lunes, 26 de julio de 2010

Oda a tu tiniebla



Palomas negras mueren en tu balcón.
Sangre restringida fecunda traiciones.
Tristezas disparejas sabotean dolor.
Campos nublados destruyen roles.

Madrugadas en compañía del frío,
en la nada catapultan las penas negras.
Bienvenida a los poetas malditos,
comprenderás ahora mis macabras penas.

Aquí me tienes, envuelto en tinieblas.
Caducado en pensamientos obscenos,
te siento en piel de abandonarte,
me apuñalo,
me desangro,
me congelo.

Aquí me tuviste, liberado en llamas.
Oscuridad en rincones de tu olvido,
pariendo morbos en tus ojos,
te robas,
te matas,
te miras.

Allí me tienes, sumergido en llantos.
Orgásmica en sensaciones ciegas,
humillas existencias ajenas,
los castras,
los increpas,
los suicidas.

Allí te tengo, emancipada en recuerdos.
Golpes en la niñez perdida,
padres criando hijos como gallinas,
me contagiaron,
me desmoralizaron,
me ataron.

Verdugos amables quiebran canciones.
Pájaros inocentes cubren hogueras.
Cenizas grises descargan municiones.
Victimas yoicas me tartamudean.

Gatos en el tejado de la melancolía,
me mortifican con sus dudas de hambre.
Sin despabilarme creyendo que serás mía,
me crucifico en el alma de mil desastres.


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