miércoles, 14 de diciembre de 2011

Lev Semiónovich

El lugar irradiaba soledad, no es que eso me molestara pero ciertas veces un estadio de soledad reproduce más soledad. El calor dificultaba la lectura de Freud y su visión de la sexualidad. Cuando Freud  decía que el niño tiene vida sexual y empieza por una etapa oral, me lograba abrir los ojos para poner atención a lo que  decía. Pero el sueño era más y el calor lograba pegarme a la cama.
Volvía a renegar de la soledad y dormitaba .El cuello me dolía, últimamente duermo muy mal y sospecho que es la razón de tal dolor.
De repente aparece Vigotsky trepando por la pared. Así le pusimos con una compañera a la lagartija que habita en mi casa, le pusimos el nombre del psicólogo ruso.  El reptil logró asustarme en un espasmódico asalto a mi dormitar. Caminó por la pared hasta esconderse detrás de mi pequeña y humilde biblioteca. Allí tengo libros que aún no lei y,  la verdad,  no sé si algún día los leeré . Ahí está el animal escurridizo, detrás de los libros de política rusa.
Como es común en la personalidad de una lagartija,  empezó a recitar , en este caso, algunas palabras de  "El Estado y la Revolución" de Lenin y luego " La Revolución permanente"  de Trotsky. Digo que es común, porque ellas suelen hacerse notar demasiado y tras años de prácticas con el lenguaje humano, terminan cantando o recitando. La otra vez leyó unas poesías de Juan Gelman. Es extraño, porque ellas, las lagartijas, tienen la capacidad de presentir el estado de ánimo de uno y se adecuan a la situación.
Tras terminar algunos párrafos, Vigotsky se silenció. Es que sabe cuándo es el momento justo de decir basta. Eso es lo que más me gusta de su campañia, que sabe callar y disfrutar de una supuesta nada encubierta en un todo.
Dormite de nuevo, pero los pequeños pasitos sobre la pared me despertaban. Esta vez, había más lagartijas que salían de los huecos de mi pared con gran velocidad. Todas se pusieron alrededor de mi cama. Algunas golpeaban las patas traseras de esta y me peleaban por la sábana. Me miraron, entendí enseguida la solicitud. Les recite Lorca, Tuñon y  Pizarnik toda la noche. Se me quedaron mirando, sentían más de lo que comprendían, era natural ya que aún no habían incorporado el lenguaje humano en su totalidad. La sonoridad las ponía en dos patas e intentaban reproducir versos mientras bailaban. Era una especie de danza árabe de gran gusto para mi vista.
Desde ese día Vigotsky y sus amigas no aparecieron más. Seguramente fueron a recitar por otras casas, por otros mundos.
Es que las lagartijas tienen esa capacidad…

Con un pañuelito...

Con un pañuelito húmedo de ti,
me limpiaste el rostro
con un mecanismo danzante y mortal.

Me sacudiste los dedos con la mirada
y yo tan catatónico,
de ti respiré el último oxígeno de la tierra.

Me encantas y sin embargo te esquivo.
Originas un temblor que se ensarta
, como un aguijón hecho en el cielo,
en el pómulo izquierdo de mi desgracia.

¡Qué verdugo me ha carcomido el pecho!
Vuelves justicia el alimento
de tu voz, de tu silencio,
y a tu fervor me entrego sin vacilar.

Ya no podré ser justo sin tu sombra andante,
sin tu mirada prendida al vacío de mi vicio
en oportunidad de quererte entre los muertos,
pretendiendo que me hayas vivido.

Con un pañuelito húmedo de ti,
me limpiaste la espalda
para que no me pese la esperanza.

Tinta azul escribe la tregua
sobre el macramé de tu distancia,
sobre el pedido de viejas lágrimas.

Plantas

Para vos , jonateando un poco.

Cierta peculiaridad transmundana
me sumerge en cuotas  de lucecitas
con un ingrediente más IVA
de tenerte entre mis brazos.
Lo que vemos se ve
entre espejitos rotos del ayer
sobre un reflejo del mañana
con astucia presente del presente.
Hay una baranda rota del escalón,
me enterre el pie hasta la médula
inflamada del olvido que nunca fue.
Entre plantas y su energía,
enredadera del desierto
que me enreda de ti, hacia ti.
Como un canon en tus ojos
en respuesta cinequanon
a nuestro suspiro compartido,
a las velas que imploran sus noches,
a los besos que nunca fueron
pero son.

Cerca

Se arrancó de verla,
sintiéndose un estúpido fugaz
con temor a serlo de manera permanente.
El miedo que intriga la conciencia
se marea en mares
con psicólogos a bordo
de un ataque de locura.
La inseguridad en plano paralelo,
en oposición al vértice de la soledad,
remata de un golpe
prostibulario de la tentación,
perplejo de la inexperiencia,
plebeyo de la muertes simbólicas.

La  quiere  pero no se anima  a quererla.
La  pierde pero no se resigna a tenerla.

Y en esta música,
de qué se yo cuánto tiempo,
él afinó la laringe
ante el perdón de sus indiferencias.
Mientras más se acerca a ella
más se aleja de sí mismo,
y viceversa.

domingo, 30 de octubre de 2011

Desvío en la laguna


A los que les gustan mis poemas oscuros.


LADO A

El frío se metía por las venas,
la traición perpetua del giro del viento.
Qué más que un leve llanto
como consigna sobre telones vacíos,
escenarios nunca poblados,
un vértigo en asientos principales.
Este dolor de soplar a los compas de la nada.
Golpe y aire encarnado sobre mis ojos,
palpitan a nunca cerrarse.

Caminatas oblicuas hacia el todo,
hacia la nada y su guitarra perdida.
Es que el cráneo golpea sobre el árbol,
como queriendo sacar algo que no encuentra;
una calma sensación, un muerto no enterrado.
¡Entrégate luna de las mil noches!
Luna de los lamentos, luna de mis fuegos.
Horrible pésame en este réquiem,
mientras las cuerdas cortan mi carne.

El tiempo consumido en mí estómago,
mis brazos se unen a la laguna
en un acto de fusión cromática,
embustera del agua.
Las gotas cayeron en mi fatigado rostro,
era la lluvia que caía de mis ojos
haciendo de la laguna una filiada en mi boca.
Me ahogué, floté en el muelle,
bien muerto por fin.
Maldita promiscuidad de quererte
me has ajusticiado una vez más,
testigo la luna.

LADO B

Y al temblar escuchando voces,
tambores de cerca y de lejos,
rencuentro consigo mismo
 en reEncarnación del ente olvidado.

Una calidez que se distinguía
entre tanto frío canalla,
cómodo encuentro entre abrazos
y un contacto que unía los mundos.

Me destiné a callar lo único que nombro,
un bosquejo con mirada en tu rostro.
Sé que ya no soy nada,
soy una pálida imagen de mi mismo.

Soy un lobo solitario entre cordilleras,
un oscuro sonámbulo perdido en el sol.
Nadie se merece esta triste paz,
salvo que no la encuentre en su alma.

martes, 13 de septiembre de 2011

Otra parte del Ángel de Lucifer.

  
   Algunas cuestiones frágiles a la memoria , lo atormentaban con dulces voces ensangrentadas en soledad.
   Él no tenía ganas de escribir más. Sus palabras murieron lentamente. En un proceso cruel, las últimas letras del abecedario se despidieron de su historia.
   Se le desaparecían las musas, se le iban como el último tren que llevó sus lágrimas al final de una relación.
   La locura se le resbaló por los dedos. El amor ya le resultaba una utopía absurda.
   Sincronizo puntadas de neurosis con calditos de melancolía. Rutinaria elegancia mostraba dicha alimentación, sólo lo nutria de falsas espectativas.
¡ Que triste ! decían algunos mosquitos en voz baja.
¡ Pobre ! murmuraban algunos musgos de humedad.
Es que él ya estaba cansado, y un sábado asi no es bienvenido.
   No es digno de su edad, no es digno de sus anhelos, de sus sueños, de su silencio. Posiblemente él ya no sea digno de si mismo.
   Ya nada lo corrompía, ni la envidia, ni el miedo, ni mucho menos el amor. Pero una mancha de bronca lo paralizaba. Sentía que todo lo bueno que era, se resumía a una patética capacidad intelectual.
   Yo solo quería volver  a sentir algo, que me movilizara el cuerpo, como una electricidad de adolescente, como un susurro de adrenalina, como esos caramelos que te endulzaban el alma.
   Algunos me admiran, es por que callo. Si supieran quién realmente se esconde detras de la máscara, verían a un pobre sentimental rascando por dentro ataudes del pasado.
   ¡ No se engañen señores ! acá no hay nada. Lo que ven es solo una ilusión racional, como la mayoría que nos invaden y nosotros ingenuamente creemos que es la realidad. ¿ Qué es la realidad? posiblemente ni nosotros mismos la seamos.
   Yo,  Victor Azquerra. Él, Victor Azquerra. Zombies, tontos zombies. Uno más traumado que el otro.
Ambos, se disputan para ver quién es Victor Azquerra. Pero la respuesta parece que nadie la tiene.

domingo, 21 de agosto de 2011

La carta


Querida Señorita Lucía:

   Tuve un sueño. Dirá qué hay de particular en ello. De particular no encuentro nada pero de absoluto todo.
   Verá usted que aún recuerdo la noche en que la conocí. Su cara radiante y fresca, sus manos suaves y eternas.   Algunos días vuelvo a sentir sus manos sobre mi espalda, lo siento como si fuera real. Pero bueno, quién soy yo para determinar que es real o no. Quizá, lo que queda marcado en lo profundo encuentre su realidad en la reproducción de esas sensaciones.
   Déjeme decirle que estoy agonizando. Que el cuentagotas de sangre esta rebalsando. Es esta enfermedad que me consume los órganos, que me aplasta sobre la cama, que no le da sabor a las comidas; pero que aún no me comió el alma y por eso le escribo.
   La crisis existencial que me ha visitado en las tardes por más de cuarenta años, se aproxima a su final. No sabría definirle si yo he sido lo que hice o lo que no hice. Sin embargo, no hice algo por muchos años y hoy encuentro el mayor de los arrepentimientos. Nunca fui a buscarla. Fui tan cobarde, tan racional. No dude usted ni un sólo segundo, que lo que más deseaba era tenerla en mis sábanas revolcada mirándome con esos ojos que clavan glorias y penas. No pude, y le juro que es cierto, sacarme sus labios de los míos;  me pesan de tal manera que la boca se me cae para adelante.
   Soy una tumba vacía Lucía, un aperitivo que las estatuas de los cementerios beben por la tarde. Antes de que la enfermedad me tumbara, deambulaba desorientado por las calles frías de nuestra ciudad. Tan ebrio y tan incoherente.
   Pero quiero volver al sueño. Se trataba de que yo estuviera exactamente como ahora, escribiéndole sobre mi cama, animándome a volver a escarbar el pasado. De repente escucho un golpe en la puerta y era usted que entraba sonriente, con esa hermosura que la caracteriza y me volvía un demente del amor nuevamente.
  Por eso, el intento de escribirle, el intento de reproducir esa hermosa situación. En los sueños uno siente que la carne lo controla. ¿ y si son los sueños la realidad? ¿Y si lo que creemos que es la realidad es en verdad un pasaje racional ilusorio de lo que somos?

   Él dejó de escribir, una congoja lo cubrió por dentro, resbalándole por fuera. Era irremediable, sus energías eran precarias aunque su espíritu quería salir de esa prisión efímera. Sostuvo la respiración con la pretensión de poder oír los sonidos que los pájaros depositaban en su ventana. Le murmuró a las paredes el nombre de Lucía y se echó a dormir.
   Abrió los ojos, se había despertado de una profunda siesta. Esta vez no recordaba ninguno de sus sueños, lo que le generó una angustia plena.
_  Despertaste Victor - dijo una voz en algún rincón de la habitación-
Él volteo su cabeza con gran vitalidad, era ella sentada sobre la mesa de madera amacando sus piernas.
_ ¿Señorita Lucía? - dijo asombrado-
   En ese instante él creyó que ese era el sueño que no lograba recordar.
_ Sí, soy yo Victor - manifestó riendo, después se puso seria y prosiguió-  ¿o acaso conoces a otra persona igual a mi? sería muy triste saber que alguna descarada viaja por allí con mi rostro. Imagínate dónde quedaría lo particular de cada uno. Ya sé, no me digas nada, me vas a decir que lo que es uno depende de otras cuestiones más subjetivas que un trozo de carne que se denomina rostro. Bien Victor, bien, puede ser. Pero a veces la apariencia nos condena y por algo supiste que era yo cuando me viste. Relájate Victor, ¿ o sos el mismo intelectual aburrido de antes?.
_ No, en absoluto. ¿No me ves enfermo tirado en esta cama? Las situaciones cambian a la gente.
_ Qué enfermo ni nada. Esta más jovial que yo Victor.
Él se miró el cuerpo moviéndolo a su voluntad. Era verdad nunca había estado enfermo.
_ ¿Cómo es posible? - dijo él -
_ Mira Victor, - ella  se sentó a su lado-  tuve un sueño. Se trataba de vos. Estabas sentado abajo del árbol de manzano en el que solíamos juntarnos. Estabas leyendo una carta que yo te escribí. Yo te decía, en la carta, que te extrañaba y nunca pude olvidarte. Así que bueno, cuando desperté dije: lo tengo que ir a ver, qué carta ni qué carta. Acción Victor, acción.
_  Hiciste bien en decidirte. Mírame a mí, te estaba escribiendo algo - no encontraba la carta por ningún lado, le pareció extraño- .
_ Tu enfermedad fue siempre pensar demasiado las cosas. Racionalizar el mundo. No se trata de comprender la vida, es posible que ella no sea comprensible; se trata de vivirla Victor, sólo eso.
_ En algún lugar de mi, he escrito esa carta y he leído la tuya  - dijo él, sonriente mirándola a los ojos - .

Modus operandi


Finalmente aparece el fiel traidor.
Sus muelas de juicio contienen
la verdad de sus penas.

El lider, entumecido y catártico,
se clava la navaja para sangrar
y mostrar en dulce suicidio
el rezo de los demonios que ató a sus tobillos.

Pero yo ya no creo en nada,
y en este ataúd que me convertí
radican la mayoría de los muertos
que me azotan,
que practican amor por la noche.

Y si tú eres tiempo perdido,
yo soy desgracia sepultada.
Vamos y venimos triturando a los vivos,
queremos devorar la carne
de los que aún sienten.
Pero todo lo mio es la nada tuya.

Que mortal carnicería,
es la que hiciste con mis pupilas soñadoras.
Que triste comercio,
es el que abriste en las orillas de mi porvenir.

Rodaje

Como la lluvia se encuentra
con el asfalto seco de las calles,
nos encontramos adorando penas
y humedeciendo el cielo en lágrimas.

Es la nostalgia, nuestra hija adorada.
Nos muestra recuerdos de tardes,
noches,
abismos,
traiciones,
y más,
y más recuerdos.

La belleza,
un sin fin de nociones,
con pasado quebrante en mil espectros de ti,
o de mi.
Futuro muerto en mil nociones de mi,
o de ti,
o de ellos,
o de los nadie.

Las secuencias fotográficas de esta sensación.
Las mil cadenas untadas
a nuestro rostro horrorizado,
como imágenes yuxtapuestas,
como romance fragmentado.

Sin un modelo trepador.
Sin un montaje paralelo a un nosotros.
Pero con una demostración hermosa
de un sueño imperfecto de los labios,
me afianzo al asiento principal
de esta película que aun no rodaste.

Mi fiel trotamundos
con gran percepción coexistente,
con insatisfacciones emergentes
que muestran el porvenir lejano.

Anoto en ti y en mi,
como cuentagotas a la merced de verdugos,
que es el mundo el que se muda
para nunca más regresar.

No te dedico la pálida frustación de mis pupilas.
Te dedico el magma de mi mundo perdido.
Solo esto puedo brindarte,
ni estrellas,
ni amor,
no ternura,
solo te puedo dar el dulce olvido;
el bello aroma de las tardes sin fragancia.

Solo puedo darte
una cinta sin rodaje,
una película nunca vista,
sin final ni comienzo,
solo con incertidumbre mundana
de que tus labios habiten los mios.

lunes, 1 de agosto de 2011

Como dos en uno





Dans le coeur égaré,

toujours les banquiers de l'amour chantent.(1)

Tocando jonateadas en el tejado,
les seguía el paso a los banqueros.
Al borde del abismo,
una sombra salvaje despegaba.

/ / el tímpano, //

Un domingo triste y melancólico,
oculto en esas ventanas,
en esos sonetos,
en esas muecas de tierna dulzura.

// el zigzagueo, //

Un simple cosquilleo
de hermosas fragancias,
de abrazos que uno ya no siente;
todo se resume en esta cruel soledad.

 // como verdugo, //

En los adentros adentramos,
en los afueras volvemos
porque nos gana la eterna simpatía,
las amorosas palabras con la mirada.

// me amparo en //

La tiranía que reduce mi alma
a los cortejos de tus besos frenesí.
Te suspiro, me suspiro,
me suspiras y te ahogo.
Como un cuento de hechizos
iban los labios piropeando;
cuando nos despertabamos el uno... con el otro.

// vos.//

Te sentabas en mis rodillas,
esperando la mirada del corresponsal.
Te abrazaba para que no te vayas,
para que te quedes siempre conmigo.

// Con crueldad sabés que //

Los sueños son ráfagas
y la alegría también.
Pero los amores son soplidos
y la tristeza también.
Lo que no es rápido es el aleteo de tus besos en mi nuca,
tus labios enrollandome la oreja con suavidad.
Todavía siento todo eso...como si estuvieras.

//  mi consuelo es //

A no preocuparse querido Jonathan,
tan solo fue otro sueño... como tantos otros.

// un te amo de todas maneras. //


(1) En el corazón extraviado, 
     siempre los banqueros del amor cantan.

Delirio





Basado en uno de mis tantos sueños.


El cadaver reía sin parar.
Sus ojos rastreaban mi mirada prendida a su ímpetu.
Me mortifique por esa morbosa atracción.
Desee ese cuerpo frío.
Ella tenía habla.
Parecía estar viva.
En realidad yo sabía que estaba muerta.
Sus frías manos me tocaron y cayendo me entregué
a sus besos que eran suaves como el algodón.
Su piel era blanca como la espuma y deliciosa como el caramelo.
La pasión que despertaba la difunta era de una profundidad nunca lograda.

Amamantó el destino.
El niño que le llegó en los brazos,
quizo beber de su lactancia putrefacta.
Su cruel mirada se hizo a un costado,
el niño lloró retumbando las barreras del sueño.
Las cicatices del abandono
saturaron los rieles de los actos impunes.
Impune y asesina eras,
ya te habias acribillado hace tiempo.
Soltaste al niño y lo dejaste caer como basura fuese.

Empezó la lujuria entre la muerta y el que creía  estar vivo.
En actos descontrolados,
violencia seductora,
circo del placer,
tan ardiente como un volcán.

Durante el acto al cual hicimos ritual,
durante la pieles cocinarse en ese fuego desenfrenado,
el color blanco de tu cuerpo muerto
empezó a tornarse de color vida.
El acto consumado, consumío la muerte,
se apoderó de nuestra desdicha,
pinto cuadros de amor;
nos hicimos uno.

Cuando el color madera y el aroma a vino nos encontró ,
recorrimos trotando el mundo,
que entre nuestros cuerpos explorábamos.
La oscuridad se hizo día,
nos tomó por detrás con suave sonrisa.
Nuestra luz se hizo noche,
y nuestros labios susurraron fuego hasta el amanecer.
Tu cuerpo, el color de los crepusculos exóticos.
Mi corazón bebiendo la sangre de tu copa dorada.
Vos me has hecho sentir nuevamente vivo.

martes, 26 de julio de 2011

Ficción

Y este vacío esta lleno.

   Las hojas estaban vacias. Intenté escribir algunas palabras aisladas sin mucho sentido. Nada las unía, salvo su locura inspiradora.
   La extrañeza de sensaciones que pense perdidas, revoloteaban por mi habitación. Esa acumulación de nostalgias, tan veneno y antidoto al mismo tiempo, me cautivaban estrangulando un corazón ya débil.

   Volviste, como una ráfaga inesperada. Y tan rápido te volviste a ir, nos fuimos nuevamente.

En las frías madrugadas,
los sonidos prófugos de la nada,
distraían lo que era
mostrando lo que fué.

Volviste buscando una respuesta
pero tus preguntas estaban perdidas,
hace algún tiempo,
en días de morbosa insatisfacción.

Y recordé, esos besos tuyos.
Y recordé, esa fragancia de Frida Kahlo.
Tus manos en el rocío del cuerpo
y mis ojos entragados a los tuyos.

Porque nunca nos alejamos
más de lo que se aleja el agua de la orilla.
Es que lo que queda, quedó;
lo que fuimos, somos.

   Escribi versos. Entre esos fantasmas de mi vida y esos laberintos de la tuya; aun había de donde amarrarse.
   Te recuerdo como un recuerdo. Dejaste la angustia y la alegría de lo posible. Le mostraste una hermosa sonrisa a la oscuridad.
   Porque creo que la vida es una novela de género fantastico. Esa es la literatura realista, la que representa las situaciones tal cuales son.
   Y yo, un simple lobo estepario, y vos, una majestuosa águila libre.
   Gracias y hasta siempre.

Amnistía

   Recibí comentarios de que mi estilo literario es lúgubre. Pues, creo que es una realidad. Soy de los que cree que solo en la oscuridad se encuentra la secuencia cinematográfica de la existencia. Sólo en el silencio perverso de las noches en soledad, puedo deglutir el amor en su máxima sintonía.
   Las palabras, tan apetitosas y neuróticas como siempre, son un trueno que se siente en los rincones extraviados y sin sonido del espíritu. Es allí donde se despiertan los mezquinos dormilones, abriendo sus ojos y dejandose llevar con alas de libertad. El alma vuelve a tener vida, a suplicar la escucha y a volverse existencia.
   En este acto anárquico-lúgubre, sin orden alguno , manifiesto mi conversación con la "muerte sonora". Porque nada de lo que mi espíritu artistico pueda expusar esta atado a la pobre longitud de la lógica y la razón; esto último es cosa de otros campos.
   Cuando me refiero a muerte me refiero a muerte simbólica no física.
   Cuando digo sonoro, no hablo de secuencias fónicas que dependen del órgano del oído para ser escuchadas. Aludo a sonidos que sólo lo profundo del ser, en una subjetividad plena, puede sentir ( el amor, el rencor, el miedo, etc ). Son huellas ardientes que ciertas motivaciones reviven.


1- La sentencia

  Se expulsa un líquido espeso y dorado, que al terminar se solidifica creando armaduras de oro,  listas para recibir los escupitajos de la muerte sonora.
   Me preguntó cómo me siento. No tuve nunca una respuesta satisfactoria. Posiblemente no sepa cómo me siento, ni mi interese saberlo.
   Sé en cambio cómo no me siento, eso delimita las posibilidades o las hace más inalcanzables.

_ Me hice huesos - contesté-

_ Se hicieron huesos - me dijo- Voluntariamente nadaban por ríos de amnecia
para no querer recordar el frío dolor que les recorría el cuerpo - hizo una pausa y prosiguió - Hay un vacío enorme que se extravía de vez en cuando, pero que emerge de las ruinas del pensamiento.

_ Es que yo me quejo, y si me quejo es porque malestar siento,
, si me quejo es por que ausencia de malestar tengo - le contesté temblando -
No me atienden, la puerta parmanece cerrada. No abren, se quedan callados del otro lado para reproducir la ausencia.

_ Se siente un aroma a flores , a flores con condena ¡Pero que delicado y perpetuo aroma! - dijo con macabra y sutil expresión -  No tartamudees, deja que el vacío te purifique tu quemada alma. Ya muchos golpes han recibido tus rencores, tus caricias, tus vientos, tus montañas y tus pálidas sensaciones.

2 - Cumplimiento de la condena

    Las piruetas orgasmicas que la mente realiza, contagian a todo un cuerpo cansado de viajes sin retorno. Me remonto a la supramundana situación de ser  alguien. ¡Que vomitiva existencia!
   La muerte sonora trepó entre la fiebre y se expulsó a si misma con lentitud.
   Yo la esperaría sentado nuevamente al borde de mi cama, ese lugar que es el más vacío del mundo. Ese lugar que resume el mundo en sueños eternos. Ese lugar donde descanza el cuerpo y entra en tormento la oscuridad del alma.

domingo, 24 de julio de 2011

Ayer a la noche...

La vi cadeando el mundo en las frías calles de Morón.
Su cabellera rubia quemaba el oro invisible del aire.
Sus piernas de porcelana se movían con una femeneidad seductora.
El tren nos frenó,
                           nos miramos.
                                               Me enamoré.
Así,
      con ella delante de mi,
                                        las estrellas ocupaban un segundo plano.
En las calles que la vi nacer desapareció.
¿Quién eres?
                   nunca lo sabré.

lunes, 18 de julio de 2011

La hipérbole


    
   
  Dedicado a mis compañeros del Profesorado de Lengua y Literatura.



Una mañana, tras un sueño intranquilo, me levante. Mirándome al espejo me vi, por primera vez en mi vida realmente me vi.
   Me convertí  en eso que ya estaba olvidado en lo más profundo de mi inconsciente. La imagen irrompible de la infancia, una marca imborrable del pasado.
   Acá estoy, frente a mí y dentro de mí, la niñez ausente en los rincones más tenebrosos de este laberinto, de idas y vueltas, que se llama vida.
   La marca es una línea que muestra, con toda fuerza cortante, una gran ruptura entre el antes y el después. Me convertí en una cicatriz o mejor dicho en “la cicatriz”.
   Un recuerdo vino a mi mente:

    Recuerdo que como niño aventurero, todavía con esas ansias y deseos de encaminarme, me disparé a buscar la pelota de fútbol que se había caído en el patio de la casa abandona de enfrente. Jardín abandonado en vista, obtener pelota de fútbol, de repente rosedal, ramas tiradas serruchándome la pierna.  Todo en segundos. La sangre, más roja que nunca,  cayó como esas cascadas pequeñas mojando la tierra abandonada, y crecieron plantitas de dolor en llanto.

   Hoy, esa sangre aún salpica mi alma, humedece miedos eternos. Yo me transforme, en un proceso lento y criminal, en ese pedazo de carne perforada. Yo, soy la marca insuperable del temor.
   Así, el niño se volvió a comer al grande, cortándome el alma en dos.
   Por los pasillos de mi casa, sangre y sangre. Soy una de esas heridas que se abren y nunca se cierran. El ardor iba en aumento, es inevitable como esos desamores que tejen arbolitos de desilusión y le dan de comer la fruta caída a la esperanza.
   El pasado me está devorando con sus dientes llenos de cenas perdidas en este presente autista. El llanto y otra vez el llanto, es que ese dolor es interminable.
   Le pedí a la abuela que me curara, pero la abuela ya no está como en aquel entonces. En las noches, suelo dormir  en sábanas de algodón con Pervinox, esperando poder desinfectar la nostalgia.
   Yo, ahora,  era miedo y era aventura extraviada, como esa pelota que quedo en el jardín y nunca volví a recuperar.

sábado, 16 de julio de 2011

La ausencia es presencia


El cielo se nubló.

Despacio, la noche empezó a cubrir las perplejas sensaciones del alma.

El aire traficaba murmullos al pasar, esos con los cuales el pasado aturdía.

Una tenue estrangulación empezaba a sentirse en el frío espesor de los huesos,

                          los ojos no existen ni de cerca, ni de lejos.

 La traición inminente del presente ante las huellas inmortales de los recuerdos.

Y sentí temor, sabía que ya no ocupabas el espacio energético de mi psiquis,

                           eso me desesperaba a tal punto de sentirme muerto entre las sábanas.

Y escuché a mis huesos estrujar los órganos,

                                                             en dulce desastre ensangrentado en lágrimas.

Ya no podía más, no estabas y no tengo que buscarte.

El alma es propulsora de dividir el momento en estratos puros,

                                                                                     junto

                                         al terrible devenir del espectro abandonado que es este amor.

Son las boinas que uso,

                                un intento de tapar las caricias de tus manos en mi cuero cabelludo.

El temor se mi hizo cenizas y se me voló en las ráfagas del odio prematuro.

Sabías que esa confianza y ese amor que te tenía, era el sostén de tus amargados desastres.

Querías ser libre, pero estabas absurda,

                                                      desbordada por organizar un tipo de libertad. Estabas presa de tu idealización, tus alas no eran las de Lucifer. Creías que subordinar el alma a la aventura injustificada del aire,

                                                                                              te daría sensaciones nuevas.

Pero es lo irreal lo más real del mundo.

Los sueños:
                 la autopsia del alma,
                                             el dolor catártico de las noches perdidas;
                                                                                                     lo real mas allá de lo real.
Lo tuyo es solo un pequeño preámbulo enrejado por la putrefacta consciencia.

No soy el indicado para decirte, porque si alguien es esclavo de su devenir ese soy yo.

Sin embargo, creo poder clavarme ese puñal que puliste con tus manos.

                                                                  Ese metal intransigente que creaste con tu soberbia indefinida, tu libertad entorpecida y tu sinopsis de vida sonámbula.

Te extraño, más de lo que me extraño a mi mismo.

Sonreiré una vez más sobre esos cristales rotos que dejaste sin barrer.

                 Sólo sabré, sin querer saberlo, que aún sigues viva.

lunes, 6 de junio de 2011

Abrazos nocturnos







Volví a soñar con una mujer sin rostro
o, quizá, esta vez tenía miles de rostros.
Soñé con difusos abrazos,
esos que agitan el ego hasta hacerlo pedazos.

Ya hace unos días que sueño con abrazos de la mujer sin rostro
y despierto temblando del frÍo de la realidad que amanece.
¿Será solo un suspiro nocturno con cosquilleos en el alma,
intentando trepar algunas rejas que el amor olvidó del otro lado?.

Como un niño
que sueña
con un juguete nuevo
y cuando despierta se siente desolado
ante la realidad de ausencia de lo deseado
/soñado tenido/
aún me desintegro en la mañana
queriendo volver  con ojos cerrados.

El pasado le desfiguró el rostro
como a mí me desfiguró el alma.
Y esa mujer intentaba tocar mis labios
con esas manos llenas de dulce rencor,
mientras yo deseaba una y otra vez
el congelar del tiempo en sus brazos.

Le pregunté al viejo Freud qué simbolizaban mis sueños,
se puso de espaldas suplicándome perdón y se echó a dormir.
Esa mujer me había sacado el habla y ya nadie escuchaba,
aún tiene sus manos sobre mis labios sin dejarme articularlos para hablar.

Un mañana la perdí en mis sueños.
Ya no olía  el perfume,
ya no oía el silencio en mis adentros.
Un día ella despertó,
miró a su alrededor,
y  nunca más pudo encontrarme entre sus brazos.

viernes, 3 de junio de 2011

Preguntas



¿Y qué más queda en el aire?
si las tardes ya están rojizas,
las paredes se agitan,
los oídos estallan.

¿Y qué más dolor puede haber en el alma
si los muertos ya no hablan?

¿Y qué violín se nos come la piel?
¿qué llanto ya no nos conmueve?
si tanta sangre derramada en los jardines
si tantas sonrisas robadas en los jardines

¿Te acordas de la madre que abrazaba a su hijo?
¿ Y de cómo lo tomaba con los brazos y ojos amor?
cómo le quitaron el fruto de los ojos
cómo quemaron el sentir que aún le quedaba entre tumbas.

Cuando lo sembrado es oro y tiniebla pura.
Cuando las arboledas son hojas muertas en la penumbra,
ahí recordas el trago amargo de la soledad
 y el vendaval de desastres en el alma.

Te hablo a vos mi querida compañera.
¿Cómo olvidar nuestros dulces venenos de verano,
las pálidas ideas de amor que nos brotaban
y  las manos que acariciaban el abismo que nos separaba?

¿Te acordas de esa música Celta de los sábados?
¿Y  las hojas de papel que nuestro amar escribía?
¿Y de los manteles floreados que se marchitaron al sol?
Cuando aún la vida era sonrisa,
nosotros éramos sonrisa.

Yo te recuerdo entre márgenes holgados de tiempo,
entre cadenas apretadas al ardor del alma.
Te veo en los pasillos que ya no caminas,
en  los tumultos que ya no existen en el mundo.

Que nuestro romance se ha extraviado como libros prestados,
y sin embargo , yo te vivo en cada imagen difusa de besos,
te admiro por la entrega y valentía de aquellos gritos rebeldes;
te canto sin voz alguna en la garganta.

viernes, 27 de mayo de 2011

Tus palabras

Para Erica y Dante

Ante las acusaciones de aquellos con solo sueños lógicos
y ante lo despótico de aquellos que piensan saberlo todo,
acciona desde el alma como una revolución permanente
que destruye antojos y abre puertas a la mirada de los otros.

Cuando dejen de caerte pedazos de miel de las manos
y hagas sonar tus ojos al compaz de tus sentimientos,
habrá una fecha de vencimiento
que tendrá como portadora tu nombre.

No dejes que el veneno te envenene,
usa la dosis de esas tardes que acompañabas al sol,
reposando en tus brazos como un niño,
en esos sitios de algodón puro en las almohadas.

Y es ese germen de tu insatisfacción,
el de olvidar como se sentían los besos bajo la luna,
las caricias bajo los arboles del corazón
y las miradas en las mangas de las camisas con promesas.

Palabras son las que humean en el escribir audaz,
en los versos que distinguias entre oscuras noches.
Si tu maldición es ser un poeta
y navegar solo en lo profundo,
ellos no saben de lo duro
que es tenerte no teniendo que tener.

Si Rodolfo murió por los palabras de cambio,
si Paco murió por sus versos de cambio,
si Juan aun pelea con poemas en sus manos,
y si Julio abrió puertas como cabezas en la imaginación;
vos segui encaminando palabras hasta nuestra eterna revolución.

lunes, 23 de mayo de 2011

El silencio de Edith Bosh


A Juan Gelman
 


La pobre Edith Bosh caminaba por los rincones perplejos de realidad,

aprovechó un rato para volar sobre algunos recuerdos mal instalados.

- ¿Qué has hecho de ti Edith? -

le decían algunas almas en pena que no veía desde el domingo pasado.


Cuando el sol se apagaba y los zombies del pasado bebían alcohol en los suburbios,

ella se acuesta sobre frazadas sucias de melancolía y neurosis.

Esperaba una llamada o cierto titileo de lucecitas en su conciencia,

pero qué más podía hacer si esos que decían quererla le han sacado todo.


Y así,

perdía el rumbo en sueños del silencio,

volteaba su cabeza hacia el infinito de aquellas huellas monjas.


Y así,

sin pensarlo dos veces, aunque le costara el poco trozo de alma que le quedaba,

murmuró querer callando querer,

comió amor sin ver amor.


Edith despertaba silenciosa entre tumultos de la nada,

derramó algunas lágrimas como es común en  todos sus amaneceres.

-¿Qué has hecho de ti Edith?-

 antes te llevabas el mundo por delante como un frenesí de canciones.


Un día, ella durmió y no despertó mas.


Todos la lloraron como si la conocieran,

extrañaban su silencio tendido sobre ella misma y el mundo.

- Pobre Edith-  decían a espaldas de su cadáver.

La hipocresía de los otros se la llevo sin saborear otro plato de dulzura.


Ya no había más silencio en las calles de la ciudad,

se escuchaban gritos de amor criminal  y de luciérnagas sin luz.

Cuando Edith Bosh murió todos supieron del silencio puro del querer,

eso que a ella la mató, pero le servía a los otros para seguir viviendo.

domingo, 15 de mayo de 2011

Sueños de amor francés


Cuando la partera rayo,
vio que había nacido una condena,
decía: ¡que trágico!... nació un poeta.

Por las calles de esta ciudad se huele a nada,
ya no hay amores en estallidos,
 hay preámbulos preestablecidos.

Hay miedos e inseguridades,
cobardes sentimentales,
huérfanos de compromisos,
niñeras sin hijos.

Que bellos eran esos amores franceses,
haber nacido en ese siglo  diecinueve.

Con boinas sobre cabellos,
con besos arrinconados
y con pasiones que la noche se comió.

Sueño con besos sin rostro
y laberintos sin entrada.

Y que algún querer francés me ate,
de manos, pies y de memoria.

Duermo sabiendo que hay un nunca,
sueño que no me importa.

viernes, 13 de mayo de 2011

Post mortem

  
“A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd”
Alphonse de Lamartine 


           I

Si tras el amor
las cobijas aun están quietas,
pobre el pobre
que sigue queriendo
querer vivir.

Por detrás de la muerte
otros cuadros esconden un nuevo rostro.
Mientras el pasado
afilando sus dientes,
devora y devora sin piedad.


Pero que la muerte solo sea principio y nunca final,
porque si la sangre arde todavía,
es que de amar mucho más queda.

La sucia melancolía dueña del placer
 a atrapado  momentos lejanos,
malparidos,
huérfanos,
profanados,
como la carne que aun carcome el ser.

Si tras el amor
el agua sigue pura,
pobre el pobre
que nada le queda
pero posee el querer.

Los besos guardados en el placard
son como muertos queriendo salir.
Mientras el futuro,
limpiando sus dientes,
devora y devora sin piedad.

Pero que la vida sea el nuevo amor perdido,
porque si el sol sigue oscuro,
que las linternas azules alumbren el coral.

Por otro ataúd otro amor
vive,
con firmeza
merodea,
no parpadea,
pero que de amar seré esclavo a placer.

                         II

Entonces,
 sonríele a la tempestad,
bésale los labios al degollar de los sueños.

Solo un eco amordazado
o un vaivén de venas sangrías,
sería la envidia
de los sin gloria,
de los sin muerte.

Entonces,
 acaricia el manto de la soledad
tomando esas copas de roja ginebra.

Miéntele al primer idiota que se te cruce,
sin ganas de ganas,
sin fé de demandas,
pero con un cartel en la espalda
que dice: “ yo soy”.

Entonces,
engaña a la condena de ser tú mismo,
créele al saber que nunca tendrás.

El revivir de los cantares es repetitivo,
si mueres otra sombra vendrá
golpeándote  la puerta,
dejándote pasar,
suspirando el último tú.

Entonces,
déjate amar y ama sin cesar,
porque el que no siente jamás
poco y nada de muerte le queda.

                         III

Castas del amor en el cinturón de la muerte,
al amanecer de los poetas me he sumergido.
Sin un barrilete de tinta que escriba el horizonte,
busco desiertos en el mar
del amar
sin estribos.

Las sombras del ayer deambulan en el olvido,
que otras luces beban de la cólera de mi sentir.
Es que ya no soy el que alguna vez ha vivido,
es que ahora vivo muriendo sentir.

Con afán,
sin preámbulos,
que sea el ser de la nada
que la nada espera vivir
con ojos de amor inmortal.

lunes, 2 de mayo de 2011

Un simple cántico


Había un popurrí de espantapájaros que el lamento adornaba,

ese aire poco circulado merodeaba  las tejas del hogar.

La casita a unas cuadras del árbol de limón

y a lo lejos se podían ver nubes

blancas como la pureza del corazón.


Y a mi razón,

la pusieron en un lugar de poca concurrencia.

Cuando la visitante venía

fumaba un cigarro, lo apagaba,

mientras yo tendía a prender algunas velas.


La casita no tenía luz,

salvo la que salpicaba desde los ojos de ella.


A veces me le quedaba mirando

acostado en mi cama acariciando su cabello.

Ella parecía dormida

pero yo sabia que estaba despierta.


El frió era frió por las ventanas abiertas,

pero la calidez de su cuerpo todo lo era.


Cuando llegaba la despedida,

la tristeza abundaba en el ambiente.

Nunca me gustaron las despedidas,

pero siempre y siempre venían a mis orejas.


Y a mi razón,

 poco y nada le queda.

Cuando la visitante se iba

fumaba un cigarro, lo apagaba,

mientras yo tendía a apagar algunas velas.


Había un sendero pequeño y oscuro

que cuando un alma salía se perdía a lo lejos.

La casita silenciosa, tambien el árbol de limón,

ya nada se escuchaba ni de lejos ni de cerca,

las nubes ya eran azules como la tristeza del corazón.

jueves, 21 de abril de 2011

La llegada





No todos sabían que ellos vendrían. La existencia de un ellos siempre interpela a la existencia de un nosotros. ¿ Pero quiénes eramos para hacer tal diferenciación? ¿en realidad eramos diferentes? . No lo se. No lo sabemos. Quizá, ni ellos lo sapan.

Cuando el día ocultaba a su Dios y la luz se convertía en oscuridad, el corazón de los descorazonados abria plateas bajas para su público: el poder.
Un pequeño rocio sacudía un habitat tranquilo y mítico. Las fogatas querían prenderse pero tendian a apagarse.
El suelo temblaba por los pasos. Amenazaban con acercarse...se sentian. El movimiento de las piernas en sincronización era como el aleteo del diablo.
 La sangre se paralizaba, ella también se paralizo. Sus ojos se cerraron. Cuando volvió a abrirlos , vió el fuego instalado en los suelos, en las prendas  y en la piel de algunos que al trasladarse parecían antorchas parlantes .
 Los gritos y el sonido de los disparos la aturdian.
 El miedo se apodero del poco rincón de coraje que le quedaba.
Pero al verlos a  los despojadores , al tenerlos frente a frente, era como si se conocieran de toda la vida.
Allí  estaban los ellos, los atentadores de la dignidad humana, los hijos prodigios del poder asofocador y asesino.
Sus labios estaban secos. Todos empezaron a correr, para un lado y para el otro. Otros se quedaban a luchar con lo poco que les quedaba.

 Los despojadores disparaban,
quemaban el hogar.
Torturaban el presente,
aplastaban el pasado
 y caudicaban el futuro.

Dos tiros casi la terminan de voltear, uno logró incrustarce en su pierna izquierda. Desesperadamente comenzó a correr, a huir de esos tigres vestidos de metal que salían de sus revólveres y escopetas. Por un instante se olvidó de quien era y de quienes habían sido los que vivián consigo. Pero nunca dejo de sentirse  ella, hija de la tierra y de su cultura de la cual también era madre .
Llavaba una manta entre sus fríos brazos,
hacia eso se dirigían sus ojos de vez en cuando.
Sintió el gemido de una mujer que corría a su ritmo, de pronto se reconoció a si misma en un charco de agua.  Se miró como desconsolada , casi sin esperanzas. Era la primera vez que veía esos ojos de desolación. Era la primera vez que se veía a si misma.
Un disparo seco dio contra la espalda de la mujer, que de todas maneras protegía lo que tenía entre sus brazos. Ella se dejó caer y lo que tenía entre brazos cayó con ella. Fue como si la tierra quisiera tenerla otra vez.

Un respiro,
un corazón latente,
un niño en la manta,
un alma que nace de la esperanza.

Años y años después, herederos de la esperanza siguen de pie. No olvidan de donde vienen, no olvidan quienes son.

sábado, 16 de abril de 2011

"Ad imo pectore"

1
"Aut viam inveniam aut fician"

Me acusan, sin mucho argumento, de ser alguien que se traslada de mundo en mundo.
Alguien me dijo alguna vez: " sos demasiado aventurero en el alma como para mendigar por seres humanos perdidos en su insomnio".
En aquellas noches que mi alma se agitaba y los diablos promulgaban su comunión, me sentia de otro lado .Navegaba por mundos idiotas e imprecisos como para ser alguien que se situara dentro de los que ya eran.
Quería amoldarme al sistema, al mundo que me tenia preso.
Mi sangre se dilató, llegó a la desembocadura en esos ríos de sal gruesa.
Intenté hasta que me resigne.
Otro demonio de lentes rojos me dijo una vez: " no busques caminos por donde no hay horizontes, busca el horizonte y tendrás tus caminos".

2
"Amantium irae amoris integratio est"

Preferí ser el "loco" de los espejos literarios.
Preferí ser el mimado de las muertes en las pupilas.
Preferí ser el que nadie queria que fuese pero inevitablemente era.
Y así me compro el rachazo,
el sin nadie durante años.
Los muebles eran opacos,
la casa estaba vacía,
las ventanas estaban abiertas.
Y de repente te senti,
mi dulce compañia entre estrellas olvidadas.
Mis letras en párrafos estremecidos.


3
“De profundis clamavi ad te anima"

Yo,
el marginal de las normalidades humanas.

Las lunas,
esas esferas que desde mi ventana se ven pequeñas.

Las  manos,
esas que desde mi alma se nublan en palpitaciones.

La perdición,
el parley de sombras danzantes sobre pistas suicidas.

La  locura,
la musa inspiradora de la soledad permanente del espíritu.

Las  miradas,
la magia de primaveras mal invernadas.


4
"A fronte praecipitium, a tergo lupi"

Cuando mis ojos cruzaron los tuyos,
me senti un niño queriendo aprender a volar.
Cuando di los pasos de despedida,
me senti un viejo sin ganas de caminar.

Cuando nos sentamos sin vacilar,
me senti una esfinge queriendo morir allí.
Y yo que solo queria meditar...
sobre las vueltas de este terrible andar.

Cuando me encontré, perdido y distante,
es porque tenia miedo de ser yo nuevamente.
Solo quiero perderme entre arboles azules,
quiero ser un fruto en tus jardines de la mente.


Nota del autor: Los títulos estan en latín, lo que permite dar mayor misterio y profundidad a la significación, si es que la hay, de las palabras y a la dirección de estas.

sábado, 9 de abril de 2011

Pasos



Instrúyanse, porque necesitaremos toda nuestra inteligencia.
Conmuévanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo.
Organícense, porque necesitaremos de toda nuestra fuerza”
 ( Antonio Gramsci)


A mis queridos compañeros...

Yo que lucho a sol y a sombra,
superando las sangrías tardes de inviernos,
los que han respirado el aire de la convicción,
esos compañeros que destierran sus dedos.

Te extraño mi militancia compañera,
oigo tus miradas ,
recuerdo esas tardes de dolor y pena.

Durmiendo sobre el cordón
estamos los enbriagados de injusticias,
será que ya no somos unos pocos gatos locos,
será que ahora es el pueblo el que grita.

Te sueño mi militancia hermana,
cuando pateabamos cadenas,
cuando adornabamos las barricadas.

Trato que el tridente de mi existencia conviva,
lo escucho al destino en pasos agigantados,
es que en nosotros se encuentra el alma más viva,
es que a lo cerca se escucha el grito revolucionario.

Te vuelvo a encontrar mi militancia,
donde mi batalla está en tus venas,
donde mi espiritu descansa en tu tierra.

En ruso: их продолжающейся борьбы.
En francés: La lutte permanente.
Lo puedo cantar a los cuatro vientos,
en español digase la lucha permanente.

Viscosos rumbos saboteados,
era la ciudad de los sueños,
aqui estaré sin morir de miedo.

Y si uno no arma conflicto en uno,
poco y nada le pasa por su alma,
cómo puedo ver a mis amigos encarcelados,
cómo puedo verlos ahogados en lagrimas.

Y vos mi amante militancia,
donde está el amor por una idea,
donde la sangre ardiendo se quema.

Cuando mis calles se fueron secando,
la tormenta de mis compañeros trajeron lluvias,
mojaron esas calles hogar de nuestro cuerpo,
marcando caminos que tachaban mis dudas.

martes, 29 de marzo de 2011

Pasillos negros



Los pasillos del alma me tienen confundido,
me destierro... me destierro.
Conozco esos pasillos de ojaldre,
nunca he conocido sus casas acarameladas.

Pense que el pasado me dejaría respirar,
¿ pero porqué amanece si no hay sol?.
¿ por qué hay mares si nunca hubo agua?.

Timido e inseguro me encuentro,
camino en vertical,
no se para donde voy ,
no se si he venido de algun sitio.

Te escucho,
no repitas tu cántico.
Te observo,
no corras tus ojos.
Te siento,
no abandones tu corazón.

Y si aún sangre queda ,
es porque aún no me has matado.
Y si esperanza aún sobra,
es porque nada me ha abrazado.

¿Qué dolor me tiene entre espadas?
¿Será aquel que nunca pude tener entre mis dedos
o será ese que apretaba mi garganta con fuerza?

Mi violín tiene sonidos pero no cuerdas,
es que lo han cortejado desde otras ciudades,
lo han abandonado,
lo han hecho conocerse a si mismo.

Todavia recojo esos trozos de cristal roto.
Ellos nacieron del espejo
que son dioses en los orfanatos de mi ser,
que es tu gloria en mis jardines desolados.

lunes, 28 de marzo de 2011

Soledad



Y a tí te aclamo soledad,

anclada en pesadillas de noche.

En el horror del extrañar

en ese terror a lo distante.


En aquellos truenos de los angeles caídos,

mi alma radica en la tempestad de oídas tardes.

El moseñor cabalgando con su hija sin himno,

y yo ahogandome en tortuosos mares.


Bella eres en el infierno,

el único lugar en donde te han dado hospedaje.

Culebra eres...

en la única selva donde te han dado veneno.


Esos pajaros muertos que posan sobre tu tejado,

cantan sonatas de luna sobre gritos constantes.

Los aullidos de los peces sin corona me han dejado,

titubeo con el dolor que se vuelve placer en la sangre.


No llores,

mi doncella de los sacrificios impedidos.

Dejame el llanto a mi,

socio en el castillo del rey muerto.

Tomate el trago final,

enbriagame con tu dulce colera.

Tomame por la espalda,

clavame el puñal por el cual has vivido.


Danza y danza,

sobre esos claveles abandonados.

Abrazame entre sueños,

que es el sitio que me tiene esclavo.


Púrpura la sangre que expulsa deseos,

es en la memoria cansada que insiste el mendigo.

Mondadientes en bocas ácidas de soledad,

es la cárcel del placer, mi dolor está contigo.


Y si en ti confio, en ti muero.

Ya no soy el mismo de antes.

Y si en ti muero, en ti me afianzo.

Ahora duermo en los infiernos de Dante.

domingo, 20 de marzo de 2011

Alucinaciones 2


Soy un muerto que camina sin un rumbo,

soy el rumbo por donde caminan los muertos.


En los tumultos de la noche,

los murmullos de los ángeles negros,

donde están las lapidas de la agonía;

lo pálido de los muertos ojos bellos.


Al cerrar los ojos con cenizas en la pupila, me volvía un caminante paralizado de sensaciones. Si es que la soledad me llama tres veces, seré cántico suyo sin estribillo alguno.

La hermosa criatura que nació del útero de la tempestad, camina por senderos de insatisfacción y alguna que otra certeza. Todo mientras me inclino hacia mi mismo, en un acto de esquizofrenia inmortal.

Hacia la mañana, pétalos marchitos se posan sobre la mesa aun permanente desde el almuerzo del sábado. Los gritos desde la otra habitación despiertan a los difuntos. ! Basta de violencia sobre el eco! Mi ego ya no calla, esta sin control, sin contención. Solo es un lacayo del dolor y no quiere reconocerse a si mismo.

La pelea constante como un río que no para su marcha, la lucha contra ese espectro que me mira desorbitado, con cierto rasguño de pánico sobre su piel. Ese ente oscuro se hace llamar Jonathan.. Como si no hubieran muchos cretinos como yo en el mundo, este se atreve a crucificarse cada noche de sábado, susurrando en oídos ajenos mi nombre.

Sentí que el mundo me aplastaba una vez mas.

Que esos individuos rodeaban mi alma de un modo cuasi catártico.

Son solo peces sin agua en baldíos mojados.

Reposan en su música, que es silencio en muchos escenarios.

La voz resuena y repercute en el diafragma de las emociones tardías. ¿Que carajo es esa emoción? si ya he dejado de sentir palpitaciones en el pecho hace tiempo.

Me estoy llevando, el aire es pesado, caliente, inhalo y exhalo. Las vías se tapan, se contraen. El miedo, solo es el miedo.

El miedo que me aleja del rumbo, el miedo que me hace remontar barriletes que la tormenta suele llevarse.

¿Abrí los ojos ya? No, siempre estuvieron abiertos.

sábado, 19 de marzo de 2011

El extranjero


Venia con una ilusión en mi pecho y con miles de dudas al respecto.

Tarde o temprano la tormenta iba a mostrar su fuerza y esas ráfagas ,indiferentes a uno, me golpearían arrastrándome a un rincón profundo.

Era una huida, al principio me desligue temiendo que sea solo una parte de la reconstrucción personal. Me producía cierta sensacion de felicidad, o solo alivio, el pensar ,casi sin pensando, que era solo una semana de distracción.

Por supuesto, pude ver las estrellas en el cielo que en la ciudad se esconden. Pude respirar aire que no sé respirar.

En el viaje de vuelta, mientras los lugares corrían de mi y las calles eran estampas repetidas de horas, sentía como algo se alejaba. El país que dejaba recientemente se alejaba, pero el país que había dejado para ir a ver este último también.

Mientras el viaje se maximizaba, la otra huida también.

Parecía en un momento que ese Paraguay que dejaba atrás, era la extensión de otra cosa que me dejaba en Buenos Aires.

Y así fue, dos idas en un mismo día. Pero como duele sentirse extranjero en su propia ciudad. Fui un extranjero en el norte y termino siendo un extranjero de mis sentimientos en Buenos Aires.

Ya no me reconocen, ya no los reconozco. Pues, los sentimientos estos que alguna vez fueran mi tierra, hoy hablan diferente, se mueven diferente y me miran diferente.

Es que ella y yo nos exiliamos, el uno del otro. Y ahora sin mi ecosistema ,que eran nuestros sentimientos, soy una especie en extinción o tendré que evolucionar en otra especie. Ahora deba de saber volar, nadar y andar sobre tierra.

Y aqui estamos si de pasado tengo que hablar, tema favorito en mis renglones, todo aquello en lo que uno confió se desparrama nuevamente por cataratas de incertidumbre y soledad.

Nadie es culpable, las cosas son asi.

- Pero no hay que caerse!!!! decian esos cuadros en mi pared. - Si nosotros nos caemos, otros caerán con nosotros.

El despertar en madrugadas, el prófugo sueño por las noches.

Las sombras entre luces y el fuego entre hielos.

Podemos ser extranjeros de nuestros sentimientos nuevamente. Ser indocumentados en los sentimientos de un otro. Pero nunca dejaremos de ser habitantes de este mundo, único y diverso.