domingo, 20 de marzo de 2011

Alucinaciones 2


Soy un muerto que camina sin un rumbo,

soy el rumbo por donde caminan los muertos.


En los tumultos de la noche,

los murmullos de los ángeles negros,

donde están las lapidas de la agonía;

lo pálido de los muertos ojos bellos.


Al cerrar los ojos con cenizas en la pupila, me volvía un caminante paralizado de sensaciones. Si es que la soledad me llama tres veces, seré cántico suyo sin estribillo alguno.

La hermosa criatura que nació del útero de la tempestad, camina por senderos de insatisfacción y alguna que otra certeza. Todo mientras me inclino hacia mi mismo, en un acto de esquizofrenia inmortal.

Hacia la mañana, pétalos marchitos se posan sobre la mesa aun permanente desde el almuerzo del sábado. Los gritos desde la otra habitación despiertan a los difuntos. ! Basta de violencia sobre el eco! Mi ego ya no calla, esta sin control, sin contención. Solo es un lacayo del dolor y no quiere reconocerse a si mismo.

La pelea constante como un río que no para su marcha, la lucha contra ese espectro que me mira desorbitado, con cierto rasguño de pánico sobre su piel. Ese ente oscuro se hace llamar Jonathan.. Como si no hubieran muchos cretinos como yo en el mundo, este se atreve a crucificarse cada noche de sábado, susurrando en oídos ajenos mi nombre.

Sentí que el mundo me aplastaba una vez mas.

Que esos individuos rodeaban mi alma de un modo cuasi catártico.

Son solo peces sin agua en baldíos mojados.

Reposan en su música, que es silencio en muchos escenarios.

La voz resuena y repercute en el diafragma de las emociones tardías. ¿Que carajo es esa emoción? si ya he dejado de sentir palpitaciones en el pecho hace tiempo.

Me estoy llevando, el aire es pesado, caliente, inhalo y exhalo. Las vías se tapan, se contraen. El miedo, solo es el miedo.

El miedo que me aleja del rumbo, el miedo que me hace remontar barriletes que la tormenta suele llevarse.

¿Abrí los ojos ya? No, siempre estuvieron abiertos.

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