domingo, 15 de mayo de 2011

Sueños de amor francés


Cuando la partera rayo,
vio que había nacido una condena,
decía: ¡que trágico!... nació un poeta.

Por las calles de esta ciudad se huele a nada,
ya no hay amores en estallidos,
 hay preámbulos preestablecidos.

Hay miedos e inseguridades,
cobardes sentimentales,
huérfanos de compromisos,
niñeras sin hijos.

Que bellos eran esos amores franceses,
haber nacido en ese siglo  diecinueve.

Con boinas sobre cabellos,
con besos arrinconados
y con pasiones que la noche se comió.

Sueño con besos sin rostro
y laberintos sin entrada.

Y que algún querer francés me ate,
de manos, pies y de memoria.

Duermo sabiendo que hay un nunca,
sueño que no me importa.

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