domingo, 21 de agosto de 2011

Rodaje

Como la lluvia se encuentra
con el asfalto seco de las calles,
nos encontramos adorando penas
y humedeciendo el cielo en lágrimas.

Es la nostalgia, nuestra hija adorada.
Nos muestra recuerdos de tardes,
noches,
abismos,
traiciones,
y más,
y más recuerdos.

La belleza,
un sin fin de nociones,
con pasado quebrante en mil espectros de ti,
o de mi.
Futuro muerto en mil nociones de mi,
o de ti,
o de ellos,
o de los nadie.

Las secuencias fotográficas de esta sensación.
Las mil cadenas untadas
a nuestro rostro horrorizado,
como imágenes yuxtapuestas,
como romance fragmentado.

Sin un modelo trepador.
Sin un montaje paralelo a un nosotros.
Pero con una demostración hermosa
de un sueño imperfecto de los labios,
me afianzo al asiento principal
de esta película que aun no rodaste.

Mi fiel trotamundos
con gran percepción coexistente,
con insatisfacciones emergentes
que muestran el porvenir lejano.

Anoto en ti y en mi,
como cuentagotas a la merced de verdugos,
que es el mundo el que se muda
para nunca más regresar.

No te dedico la pálida frustación de mis pupilas.
Te dedico el magma de mi mundo perdido.
Solo esto puedo brindarte,
ni estrellas,
ni amor,
no ternura,
solo te puedo dar el dulce olvido;
el bello aroma de las tardes sin fragancia.

Solo puedo darte
una cinta sin rodaje,
una película nunca vista,
sin final ni comienzo,
solo con incertidumbre mundana
de que tus labios habiten los mios.

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