jueves, 3 de enero de 2013
Sábanas
Sábanas,
trascienden la oblicuidad del espacio
se agotan en interminables
gotas
que la sensibilidad mudó del cuerpo,
sabiendo estrujar huesos de la nostalgia.
El cariño postulado en mis manos,
en tus manos,
me llevan a v
i
a
j
a
r
al fondo de esta pesadumbre que se cura con tus besos.
La circunferencia de la piel en el roce constante,
placer amortiguador de la desgracia
de aquellos terrenos solitarios
que el alma visita semanalmente.
Y es la mente mentecata
de los suburbios con hambre,
de lo hambriento y sombrío de mi asombro
que ante tu sobrecargada presencia consume tu vientre,
cálido hogar y sublime paisaje
de mi cuerpo amordazado
ahora
liberado
por la ecuación perfecta de tus partes,
rodeando la sombra de mis
afueras
y adentros.
Todo es tus ojos,
allí se pierden mis deseos
tartamudeando la noche sobre las sábanas,
saboreando las agujas del reloj que dejan de existir
a causa del eco producido por nuestros suspiros,
verdugos del silencio
en sus mas profundas
órbitas.
Ahora el tiempo es fantasma de nuestro tiempo,
eterno,
a la par,
indispensablemente meloso,
incorregiblemente perverso,
irremediablemente cauteloso,
verticalmente sin quererlo
queriéndolo.
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