miércoles, 11 de noviembre de 2009
Carta 9- A mi amiga
Tú, que atraviesas constelaciones dirigiendote hacia mi mundo.
Tú, que secuestras iluciones al paso de mil estampidas.
Tú , mi amiga inmortal,
mi amante en sueños de primavera.
Mi sombra, mi luz, mi memoria,
mi sinfonia más audaz.
Muriendome me veo en tus anuncios de cariño.
Reviviendo en cada mirada telepatica hacia mi pobre sanar.
Mi amiga, la que sumerge sus pesadillas en mis tentaciones,
la que posterga cada temporalidad en instantes eternos.
No hay rimas en estas palabras naufragas de tus ojos.
No hay mas dolor ingrato en esta inquisición de arrebatos.
Aqui susurro la última de las pedestades,
la plaga más enorme que mi alma pudo cosechar.
Es el tenerte cerca pero tan lejos que no te puedo tocar.
Es el verte sonriendo frente a mi y no poder besar.
Es el saber que tú, mi amiga, serás lo que tengas que ser, lo que fuiste siempre.
Serás solo eso por lo que somos tú y yo,
amigos hasta la eternidad,
cristales en nuestra oscuridad.
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