miércoles, 11 de noviembre de 2009

Carta 8


No hay visperas en esta tormenta
no hay catalogos en esta vanidad ingrata.
Ya no hay menu alguno que alimente la corteza alienada
Ya no hay bebida en tus miradas que hidraten mi desierto.

Este es el taller que vos construiste,
en donde me hiciste trabajar como un esclavo
Este es el taller donde me destruiste,
donde mataste al unicornio que aun existia,
escondido en alguna cueva de mis entrañas.

Es ahora cuando no se porque escribo en versos,
a ti que te importan mis versos?
si siempre me ignoraste, me disparabas iluciones,
me disparaste,
simplemente me disparaste.

Porque soy un maldito cobarde,
porque soy un maldito romantico,
soy lo que nunca vas a lograr tener
te quedaras en estatuas burdas de su ego
y de sus turturas de falsas vivencias.

Este es el maldito taller de los unicornios,
donde se crea lo que estaba muerto
donde se acuchilla lo que fue extinto.

Algun sentimiento mio fue el bastardado unicornio,
hijo huerfano de la traicion a ti misma,
hijo desnutrido por las calles de tu maltrato,
madre que abandono en muerte el supuesto trato.

Hoy no te respiro, no te bebo, no te sueño. no te pienso, no te quiero, no te valoro.
Hoy te odio, me respiro, me sueño, me acribillo, me hundo, me llevo.

El taller ya es historia,
ya es cenizas consumidas por la lluvia,
aunque ninguna gota nos haya tocado
aunque la vida ya me haya mutilado.

No hay comentarios: